Una mujer observa una de las primeras ediciones de la obra de Darwin 'El origen de las especies' (Efe).
Si usted nació tal día como hoy, reciba una doble enhorabuena, porque esta es una fecha muy especial. No todos los días se cumplen dos siglos del nacimiento de dos de los seres humanos más influyentes de la historia: Abraham Lincoln y Charles Darwin. Como escribía David R. Contosta en Rebel Giants, ambos personajes mantuvieron vidas paralelas, mucho más próximas de lo que jamás habría soñado Plutarco. Fueron gigantes que se enfrentaron a algunos de los prejuicios más fuertemente asentados de su tiempo, y resultaron vencedores. En el campo de la política, Lincoln estableció definitivamente la unidad de los Estados Unidos al tiempo que ponía en práctica algunos aspectos de la Constitución que eran meras palabras sobre el papel. Darwin, por su parte, elaboró una teoría que no sólo iba a transformar el campo de la biología, sino que ejercería una poderosa influencia en la filosofía, la política, la teología y muchos otros ámbitos del saber humano contemporáneo.
En cuanto a la duda que se ha planteado tantas veces sobre cuál de los dos es más relevante, sólo desde un centralismo anglosajón puede preferirse a Lincoln -como hace Contosta-. Y en el año de Obama, a quien muchos consideran su heredero -una impresión que el hawaiano se esmera en reforzar-, está claro que las referencias al gran político estadounidense, que nació en una cabaña, que ha pasado a la historia como defensor de la igualdad racial –y no deja de ser curioso que se hayan esgrimido las teorías darwinianas para apoyar la postura contraria-, serán más abundantes y contundentes. Sin embargo, como escribe Carlos Castrodeza en La darwinización del mundo (Herder), “el darwinismo biologiza la realidad en todas sus dimensiones posibles”. Lincoln será muy importante para Estados Unidos, pero Darwin ha contribuido como nadie a configurar la cosmovisión de occidente.
No están solos
Con estos dos nombres en el calendario ya sería suficiente para retener la atención sobre esta fecha en particular. Mas, cuando estos monstruos vieron la luz, hacía cinco años exactamente que Immanuel Kant, el gran filósofo alemán, se había sumido en las sombras. Estamos ante probablemente la figura más importante de la historia de la filosofía sobre el que se erige todo el pensamiento contemporáneo. Y la carrera de casualidades no se detiene ahí. Hace exactamente 30 años moría el cineasta Jean Renoir, el gran clásico del cine francés. Y hace un cuarto de siglo, en esta misma fecha, moría un tal Julio Cortázar, el más grande escritor iberoamericano del siglo XX -con Borges-. ¿Qué tienen de especial estos números, esta fecha, para atraer sobre sí tan enormes figuras, tan relevantes, tan influyentes? Quienes cumplan hoy años tienen razones para sentirse esperanzados en cuanto a su destino.
En http://www.astrionline.it/ pueden encontrar la carta astral de aquel día (12 de febrero de 1809) que podríamos decir mágico, aunque optamos por decir maravilloso. Porque resultaría molesto para Darwin -aunque seguro que no para Cortázar- que su fecha de nacimiento fuera objeto de elucubraciones irracionales, aunque sobre la racionalidad de la astrología, en cuanto disciplina de conocimiento hermético, habría mucho que discutir. Pero que esta fecha tiene algo de especial, no cabe duda. No sólo se reúnen en ella los nombres de Kant, Darwin, Lincoln, Renoir y Cortázar, todos ellos renovadores clave en sus respectivas disciplinas, sino que en tal fecha se dieron otros acontecimientos relevantes, como la ruptura oficial de la pareja de plástico más célebre de la historia, Barbie y Ken (2004). A los astros parece gustarles jugar, en un sentido amplio, así que cada 12 de febrero cabe esperar algún acontecimiento importante.
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